El 31 de marzo de 1776, antes de que se escribiera la Declaración de Independencia, Abigail Adams escribió una carta a su esposo, John Adams, abogado y delegado al Primer y al Segundo Congreso Continental. En esta carta, instó a su esposo a asegurarse de que el Congreso codificara mayores derechos legales para las mujeres. “Deseo que recuerdes a las damas”, escribió, “y seas más generoso y favorable con ellas que tus antepasados. No pongas ese poder ilimitado en las manos de los esposos. Recuerda que todos los hombres serían tiranos si pudieran. Si no se presta cuidado y atención a las damas, estamos decididas a fomentar una rebelión, y no nos consideraremos obligadas por ninguna ley en la que no tengamos voz o representación.”
La Revolución Americana, la Declaración de Independencia y, finalmente, la creación de una nueva forma de gobierno bajo la Constitución, crearon un nuevo mundo de posibilidades. La búsqueda de la libertad estimuló a los grupos marginados a tratar de conquistar su propia libertad y justicia, y debatieron y cuestionaron activamente cómo construir una sociedad, no sobre una monarquía, sino sobre los principios del republicanismo. En esta nueva sociedad, parecía posible que todos pudieran tener voz.
Retrato de Abigail Smith Adams.
—Carta de Abigail Adams a John Adams, 31 de marzo de 1776, en su llamamiento a la emancipación de los esclavos
En esta lección, aprenderás sobre los ideales y valores cívicos que se pusieron en marcha en la república temprana. La libertad, la justicia y los derechos naturales fueron ampliamente debatidos, negociados y disputados por los estadounidenses que buscaban la libertad religiosa, los abolicionistas, las naciones indígenas y las mujeres. Todos estos grupos estaban tratando de navegar por los principios de una nueva nación. Al final, responderás a la pregunta esencial.
