Durante las misiones de Apolo, los astronautas recogieron muestras de roca de varios sitios en la superficie de la Luna, incluyendo las alturas lunares (las áreas de la Luna que se ven más claras desde la Tierra). La anortosita que compone las alturas lunares, es una roca ígnea compuesta principalmente de plagioclasa, un material de elementos ligeros. Estudios de las rocas en la Tierra indican que los cristales de plagioclasa flotan hacia la superficie del magma a medida que esta se enfría, formando la corteza; esto sugiere que la Luna estuvo alguna vez cubierta en un “océano global de magma” poco después de su formación.
La imagen de la izquierda es una muestra de anortosita proveniente de las alturas lunares. La imagen de la derecha es una lámina delgada de la muestra bajo luz polarizada. Bajo esta luz, las características de diferentes minerales se vuelven visibles, haciéndolos más fáciles de identificar. En el centro de la lámina se encuentra un ejemplo de un cristal de plagioclasa, con el rayado característico visto bajo la luz polarizada.
¿De qué manera la evidencia de un “océano global de magma” que cubría la Luna apoya la hipótesis del gran impacto que se muestra en el simulacro de la página 2?