Aunque la hipótesis del gran impacto es el modelo de formación lunar preferido en la actualidad, este deja algunas cuestiones sin resolver. Por ejemplo, si Tea vino de algún otro lado en el sistema solar, es probable que contara con razones de isótopos de oxígeno diferentes a los de la Tierra, lo que resultaría en razones diferentes de isótopos en la Luna. Sin embargo y sorprendentemente, las razones de isótopos de oxígeno y muchos otros elementos de la Tierra y la Luna parecen ser esencialmente idénticos.
Muchas variaciones del modelo del gran impacto se han propuesto para responder a esto y otros retos que plantea el escenario del gran impacto. Estas variaciones generalmente corresponden a tres categorías principales:
Algunas de estas ideas están resumidas en el diagrama de abajo.
Tea y la Tierra se formaron de la misma fuente de materiales en la nebulosa solar y, por lo tanto, tenían la misma composición isotópica.
El impacto entre Tea y la Tierra vaporizó ambos cuerpos y formó una estructura conocida como sinestia, una nube giratoria de escombros calientes, con forma de rosquilla. Los materiales de la sinestia se combinaron completamente y esto resultó en una Tierra y una Luna con una composición isotópica idéntica.
Múltiples objetos pequeños colisionaron con la Tierra de manera sucesiva. Cada impacto resulta en un disco de escombros alrededor de la Tierra que se fusiona para formar una luna menor. Con el tiempo, las lunas menores o lunitas se combinaron para formar la Luna que conocemos hoy en día.
Ocurrió una colisión entre dos cuerpos de tamaño parecido, cada uno de más o menos la mitad de la masa de la Tierra en la actualidad. El impacto a baja velocidad mezcló completamente los materiales de ambos cuerpos, lo que resultó en una luna con una composición derivada la mitad de la Tierra y la mitad del cuerpo de impacto, aproximadamente.
Las muestras de Apolo han sido muy valiosas para aprender acerca de la Luna y continúan ofreciendo información hasta el día de hoy. A medida que los científicos desarrollan mejores herramientas, técnicas de análisis y modelos de computadora, es posible que nueva evidencia, como muestras más recientes de misiones lunares futuras, apoye o cuestione varios aspectos de la hipótesis sobre el origen de la Luna y, por lo tanto, nuestra comprensión de la historia de la Tierra.