Los derechos del pueblo no se limitan a los enumerados específicamente en la Constitución. Las personas tienen otros derechos que no están enumerados y esos derechos también deben protegerse.
Antes de que la Carta de Derechos se agregara a la Constitución, a los antifederalistas les preocupaba que no hubiera una lista completa o exhaustiva de derechos individuales en la Constitución. También temían que la enumeración de determinados derechos pudiera interpretarse en el sentido de que sólo esos derechos estaban protegidos. La Novena Enmienda se añadió para aclarar que la ausencia de un derecho no significaba que los ciudadanos no pudieran reclamar ese derecho.
