Así como la Luna tiene una sombra, la Tierra también tiene una sombra. Todos los días experimentas la sombra de la Tierra a medida que el planeta rota hacia la oscuridad de la noche (la parte más oscura de la sombra de la Tierra, la umbra).
Un eclipse lunar ocurre cuando la Luna pasa por la sombra de la Tierra. Cuando la Luna pasa por la penumbra de la Tierra, la superficie de la Luna se oscurece levemente porque le llega menos luz solar. Sin embargo, un eclipse lunar penumbral no es muy evidente.
Cuando la Luna pasa por la umbra de la Tierra, como lo hace durante un eclipse lunar parcial o total, el cambio es muy evidente: ¡la Luna se oscurece e incluso se puede ver roja! La atmósfera de la Tierra dispersa y desvía la luz solar, lo que permite que parte de la luz llegue a la Luna. Partículas presentes en la atmósfera dispersan con mayor facilidad la luz azul, por eso el cielo se ve azul y los atardeceres se ven rojizos. Aunque la luz azul se dispersa en todas las direcciones, la luz roja puede pasar por la atmósfera alrededor de la Tierra y brillan sobre la Luna.