En 1936, después de cuatro años de programas del New Deal, la tasa de desempleo había disminuido a alrededor del 17 por ciento, pero aproximadamente 9 millones de estadounidenses seguían desempleados. Sin embargo, Roosevelt obtuvo una histórica y aplastante victoria, capturando 27,7 millones de votos populares (casi el 61 por ciento), 523 votos electorales y 46 estados. Su oponente, el gobernador republicano de Kansas, Alfred Landon, recibió solo 16,6 millones de votos populares y solo ocho votos electorales. Los demócratas también mantuvieron el control del Congreso en 1936.
Durante las elecciones de 1936 surgió una nueva coalición de votantes demócratas, que perduró durante décadas. Incluía inmigrantes, afroamericanos, granjeros, trabajadores industriales y mujeres. Incluso en los estados del Sur, el Partido Demócrata atrajo a inmigrantes sureños, trabajadores blancos de clase trabajadora y afroamericanos.
Quizás lo más sorprendente fue el alejamiento de los afroamericanos del Partido Republicano hacia el Partido Demócrata. Este realineamiento puede explicarse en parte por los programas del New Deal que proporcionaron cierto alivio de la Gran Depresión, pero también por el hecho de que el Partido Republicano había hecho poco para abordar los problemas y preocupaciones de los estadounidenses negros. Además, Roosevelt nombró a Mary McLeod Bethune, una educadora negra, para el comité asesor de la Administración Nacional de la Juventud (NYA por sus siglas en inglés); su trabajo aseguró que los afroamericanos recibieran una parte justa de los fondos de la NYA. La “Works Progress Administration” (WPA) no reparaba en la raza de las personas, y los negros de las ciudades del Norte se beneficiaban de sus programas de ayuda al trabajo. Harold Ickes, secretario del Interior y firme defensor de los derechos civiles, contrató a varios negros en su equipo y destinó importantes fondos federales a escuelas y hospitales para negros en el Sur.
A pesar de estos programas y acciones del New Deal, el historial de Roosevelt en materia de derechos civiles fue modesto. Quedaría en manos de los futuros presidentes demócratas promover los derechos civiles y solidificar el apoyo de los estadounidenses negros al partido.
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