A medida que la Tierra absorbe la energía solar, esta se calienta y se convierte en una fuente de radiación en sí misma, emitiendo energía hacia el espacio en forma de radiación infrarroja o calor. La cantidad de radiación emitida depende de la temperatura de la Tierra.
En respuesta al calentamiento del Sol, la temperatura de la Tierra aumenta. A medida que aumenta la temperatura de la Tierra, esta emite más radiación infrarroja hacia el espacio, lo que enfría el sistema de la Tierra. El efecto de enfriamiento estabiliza el calentamiento y alcanza un nuevo equilibrio térmico.
Esta imagen muestra la cantidad de radiación que abandona la atmósfera de la Tierra (en vatios por metro cuadrado), promediado del 2000 al 2015. El amarillo brillante y el anaranjado = mayor emisión de calor; el morado y el azul = emisión intermedia; el blanco = poca o ninguna emisión.