La meteorización química de las rocas es parte del ciclo del carbono de la Tierra. En la meteorización química, cuando el dióxido de carbono (CO2) de la atmósfera se combina con el agua de lluvia, forma un ácido débil llamado ácido carbónico. El agua de lluvia, ligeramente ácida, disuelve los minerales de las rocas, que contienen calcio, magnesio y potasio. Los ríos arrastran estos minerales hacia el mar. Allí, reacciona y se produce carbonato de calcio, un componente fundamental del caparazón o exoesqueleto de organismos marinos. Cuando estos organismos mueren, se hunden hacia el lecho marino. Luego de millones de años, las capas de carbonato de calcio de sus caparazones se convierten en roca, encapsulando el carbono y manteniéndolo fuera de la atmósfera.
La velocidad de reacción en la meteorización química depende de la temperatura. Como el CO2 es un gas invernadero, más CO2 atmosférico significa más calor atrapado, lo que resulta en una temperatura global más alta. Cuando la temperatura global aumenta, la velocidad de meteorización química aumenta, más CO2 es eliminado en la atmósfera y queda “atrapado” en la superficie de la Tierra. El almacenamiento de carbono en las rocas reduce la cantidad de CO2 en la atmósfera, lo que a su vez disminuye el calentamiento que produce el CO2.
Acceso por el teclado | Acción |
---|---|
Espacio | Pausa/Reproducir el video |
Ingresar | Pausa/Reproducir el video |
m | Silenciar/Activar sonido en el video |
Flecha hacia arriba y flecha hacia abajo | Subir y bajar el volumen 10% |
Flecha hacia la derecha y flecha hacia la izquierda | Adelantar o retroceder 5 segundos |
0-9 | Adelantar rápidamente x% del video. |
f | Entrar o salir del modo de pantalla completa. (Nota: Para salir del modo de pantalla completa en flash presiona la tecla Esc. |
c | Presione c para activar o desactivar los subtítulos |
Por el contrario, si disminuye la temperatura global, la velocidad de reacción disminuye, lo que mantiene más CO2 en la atmósfera y eso incrementa la temperatura. De esta manera, la meteorización química cumple el papel de “termostato natural” de la Tierra y ayuda a controlar la temperatura del planeta. Sin embargo, funciona solo a escalas muy largas de cientos de miles o millones de años.